La moraleja: lo más importante del cuento
Cuando era niña, mi papá nos leía a mi hermana y a mí un cuento cada noche antes de dormir. Aunque el cuento en sí mismo era importante y divertido, mi papá enfatizaba en la moraleja.
Al principio, él nos guiaba y nos explicaba la moraleja, pero conforme fuimos creciendo, mi hermana y yo fuimos encontrando solitas la moraleja o el mensaje “oculto” e “importante” de cada historia. Es más, cada una encontraba la suya, y poder responder a la pregunta ¿cuál es la moraleja?, se volvió una manera divertida de pensar, de imaginar y conversar.
Con el paso del tiempo, creo que “encontrar la moraleja” se vuelve algo que va más allá de los libros, de historias imaginarias y de la hora de dormir.
Intentar encontrar la moraleja de los retos, los problemas, las relaciones y experiencias que nos pasan es algo que nos ayuda a comprender muchas cosas.
Si desde niños, hacemos la pregunta ¿cuál es la moraleja?, de adultos podremos entender:
Que nos vamos a caer… pero entendemos que solamente cuando nos caemos nos podemos levantar.
Que vamos a fracasar y a perder… pero entendemos que cuando perdemos nace dentro de nosotros una fuerza interior que nos hace seguir adelante y volver a intentar.
Que lo más importante en la vida no se ve a simple vista. Para encontrar lo clave, lo esencial y lo más valioso, debemos leer entre líneas, imaginar, hacer preguntas y encontrar respuestas.
Que a veces los “malos” son victoriosos… y en la vida real también. Muchas veces la vida no es justa y eso también es parte de. No siempre nuestros personajes favoritos (o nosotros) obtenemos lo que queremos ni podemos siempre controlar el camino ni el desenlace.
Que aunque actuemos o ya hayamos tomado una decisión, es importante pensar por qué la tomamos y cuáles son sus consecuencias. Así podemos pensar en soluciones alternativas, caminos novedosos o más bien, recordar caminos que nos han ayudado en el pasado.
Que cada quien encuentra una moraleja diferente. Sí, quizás la lección que yo veo, nadie más la ve, pero es no hace que sea menos significativa. Intentar entender la moraleja de alguien más es muy valioso e importante para crecer.
Que el cuento puede ser divertido, aburrido, largo, dar miedo, tener un final que no nos guste… pero siempre, sí, siempre… hay una moraleja. Y sobre todo, que por más que nos guste o no nos guste un cuento, tiene un principio y un final.
