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Nunca te olvides de las manos que te criaron...

Publicado: 7 de Mayo 2019
Vida de mamá
Foto: IG @unamama_fotografa
Foto: IG @unamama_fotografa

Dicen que hasta que te conviertes en madre puedes entender todo lo que tu mamá hizo por ti. Por fin ves que las lecciones más valiosas que te dio no sólo fueron las de lavarte los dientes o aprender a ir al baño, sino la forma de tratar a los demás, de cuidarte y cuidar de los que amas, porque todo eso lo ves reflejado ahora con tus hijos.

 

Esa frase de “un día me entenderás” no puede resonar más en mí ahora que tengo a mi hija y después de todo, parecerme a mi mamá es increíble, ahora lo entiendo todo.

 

Entiendo que para ella era importante que no nos ensuciáramos, no porque fuera algo malo, sino porque pasaría horas lavando la ropa.

 

Ahora entiendo por qué dejó su trabajo y busco emprender, no sólo para buscar un estilo de vida más independiente, sino porque quería estar con sus hijas, verlas crecer. Aunque nunca dejó de trabajar ni de hacer lo que le gustaba, y ahora hago lo mismo.

 

Gracias a ella canté las primeras canciones a mi hija justo como ella lo hacía conmigo. Sólo se sabía una y las demás las inventaba de acuerdo a lo que estaba pasando, porque lo importante no era cantar, sino transmitir lecciones del modo más amoroso y divertido.

 

Ahora entiendo porqué insistía tanto en cuidarme, porqué de pronto se volvía un poco sobreprotectora, porqué me hacía aprenderme mi dirección y el teléfono y porqué tenía un lugar designado en caso de perdernos. Para mí en ese momento era exagerada, pero ahora sé que era lo que tenía que hacer.

 

Mi mamá siempre ha sido mi heroína, cualquier problema por difícil que parezca siempre tiene una solución ante sus ojos. Ella ve más allá de lo que los demás podemos ver y se vuelve una luz fuerte cuando todo parece estar perdido.

 

Porque siempre tuvo grandes sueños para su familia, jamás se conformó con nada, tuvo que salir adelante cuando se divorció y lo logró. Nada la detuvo.

 

Sus brazos siempre están abiertos, para sus hijas y para sus nietas. No importaba si había pasado un mal rato en el tráfico, al recogernos en la escuela nos recibía con abrazos. Hoy todavía sus brazos me llenan, me reconfortan y me dan fuerza para seguir.

 

Hoy aún sigue pendiente de nosotras, aunque sus hijas ya tienen sus familias, ella sigue cuidándonos, escribiéndonos y preguntándonos si estamos bien, si necesitamos algo. Si algo está claro es que las mamás son para siempre, no importa qué tan grandes sean los hijos.

 

Es una heroína porque es buena con todos, da a manos llenas sin importar qué y se enfrasca en nuevas aventuras, ya sea con sus nietos o con sus amigas, ahora que sus hijas se fueron de casa, ella sigue igual de feliz.

 

Porque siempre nos enseña nuevos comienzos en cada ruptura, porque su fé es enorme en que todo va a salir bien y lo transmite.

 

Porque siempre encuentra mil formas de decir te quiero, me importas, gracias, lo siento, y aquí estoy.

 

Ahora lo entiendo todo, porqué siempre hizo lo hizo con amor y gracias a ella hoy mi hermana y yo somos mejores madres, esposas, amigas y hermanas.

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