Publicidad

A veces la maternidad duele

Publicado: 17 de Abril 2019
Vida de mamá
Foto IG: @dicolaaa
Foto IG: @dicolaaa

Ser mamá duele, desde el parto hasta el primer golpe de tu bebé, desde las contracciones hasta el día que se van a la universidad. Nos duele física y emocionalmente traer al mundo a un hijo y mantenerlo vivo, y toda esta labor requiere demasiados esfuerzos por lo que nos merecemos que nos cuiden.

 

El embarazo duele, el parto duele, la cesárea duele, la recuperación del posparto duele. Nos duele la lactancia y cuando no podemos hacerlo duele más.

 

  • Duelen los días lentos y las noches largas, los desvelos, el cansancio, pero así como duele, también llena, repara y enamora.

 

  • Duelen las enfermedades de tus hijos, duele el primer cólico del bebé y las gripas que provocan fiebres. Duele no saber que hacer, la angustia y la desesperación.

 

Conforme van creciendo el dolor cambia, como el dolor del primer día de guardería, la separación, la preocupación, ese dolor que te causa culpa y mantiene tu cabeza alejada de lo que deberías de hacer por pensar en tu bebé únicamente.

 

  • Duele la salida de los primeros dientes, porque están incómodos y cuando te dan una mordida si estás amamantando. Duele es destete, duele cuando lloran por tomar más de tu pecho y vuelven a doler las madrugadas cuando se levanta llorando porque quiere comer.

 

  • Duele ver llorar a tu hijo, duele el primer berrinche y duele el primer regaño que les das. Duele darte cuenta que ya no te necesita tanto cuando comienza a cambiarse solo, cuando sube las escaleras sin ayuda y cuando tiene tanta prisa por crecer, duele aún más cuando te das cuenta que ya no es tu bebé.

 

También existe del dolor cuando te extrañas a ti misma, cuando no tienes tiempo de bañarte, cuando no te has podido arreglar las uñas, cuando extrañas a tu marido y un poquito de tu espacio.

 

Ser mamá duele mucho, duele bonito, duele triste, duele de melancolía, duele de orgullo y duele de a de verás, los dolores van y vienen, pero no desaparecen, aprendes a vivir con ellos mientras te van enseñando que cada momento de ser madre es único.

 

Por eso no nos juzgues, no nos critiques, no nos hagan la vida más difícil, necesitamos cariño, cuidados, porque no solo nos dedicamos a los hijos, cuidamos a los maridos, a los suegros y nuestra casa. A nuestros hermanos, sobrinos y amigas.

 

Ser mamá duele, así como trae alegrías y felicidad, es difícil y te vuelve fuerte, porque el amor que se siente sobrepasa fronteras.

Publicidad
Publicidad
Publicidad