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Señales de que eres una mamá con Síndrome Burnout (y algunos consejos para recuperarte del agotamiento)

Publicado: 16 de Mayo 2018
Vida de mamá
Foto: IG @eliana_montoya
Foto: IG @eliana_montoya

Si a la maternidad que no es nada fácil, porque hay cuidar a niños que suben, bajan, corren, gritan, lloran… le sumamos que hay que atender las necesidades de la casa y del trabajo profesional, más cuidar la relación de pareja, simplemente da como resultado una gran frustración, cansancio, agotamiento y el síndrome Burnout.

 

Este síndrome, que se relacionaba más con las personas que trabajan en oficinas, es cada vez más común entre las mamás, debido a la presión y exigencia que generamos nosotras mismas al imponernos retos para criar niños “ejemplo”.

 

¿Cómo saber si soy una mamá que padece Síndrome Burnout? Existen señales que indican que es momento de hacer un alto, analizar lo que estamos haciendo y buscar otra forma de disfrutar a nuestros hijos:

 

  • Agotamiento intenso y persistente

 

  • Sentir una pérdida de energía

 

  • La motivación es tan baja que hacemos las cosas en automático

 

  • Estamos tan irritables que todo nos enoja

 

  • Olvidamos todo y es común que pensemos que antes teníamos mejor memoria

 

Especialistas de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, señalan que el síndrome de Burnout suele aparecer como respuesta a un estrés crónico y el cansancio emocional y físico que se experimentan día con día.

 

¡Superemos el Síndrome burnout y disfrutemos realmente la maternidad! 

 

Es muy común que como mamás pensemos que ese agotamiento es normal por todo lo que hacemos, pero no es así. Es válido hacer un alto para analizar qué es lo que estamos haciendo, lo que sentimos, así como quitarnos un poquito la apariencia de “mamá lo puede todo” para pedir un poco de ayuda y superar con éxito ese síndrome.

 

1. Procurémonos más. Mientras estemos bien con nosotras mismas, mejor van a estar las personas que nos rodean, en especial nuestros hijos y nuestra pareja.

 

2. Dejar de decir a todo que sí. Evitemos adquirir más responsabilidades de las que realmente podemos atender. Dejemos de ser de las mamás que dicen para todo que sí y empecemos a usar más seguido la palabra “no”.

 

3. Meditar o practicar yoga. Los ejercicios de respiración y la introspección son muy útiles para encontrarnos a nosotras mismas y reducir el estrés.

 

4. Desconectarnos de la tecnología. Cuando estemos haciendo alguna actividad en específico, lo mejor en enfocarnos y disfrutarlo sin tener que estar checando el celular cada cinco minutos. De ser necesario apaguemos el celular a una hora para no estar inquietas por los correos, whatsapp, etc.

 

5. Pide ayuda. Aplica en todo los casos, desde pedir apoyo para cuidar a los niños de vez en cuando, hasta acudir con un especialista para que te guíe a superar todo lo que te inquieta.

 

6. Seamos más realistas en nuestras expectativas. Sí, queremos ser mamás perfectas o mamás modelos, pero nadie lo ha logrado. Cada mamá es perfecta a su modo y a sus necesidades, porque cada niño es diferente; así que dejemos de presionarnos y disfrutemos la maternidad.

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