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Hay veces que los vínculos entre mamá e hija deben de sanar...

Publicado: 11 de Junio 2018
Vida de mamá
Foto: IG @lu_mulloy
Foto: IG @lu_mulloy

Convertirte en madre significa formar un vínculo muy estrecho con una personita que te roba el aliento al primer segundo que lo conoces, y si se trata de una niña, este lazo es aún más fuerte.

 

De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Neuroscience, la relación entre madre e hija es la más fuerte de todas, debido a que sus cerebros procesan las emociones de la misma forma.

 

No obstante, hay ocasiones en que esta relación tan estrecha no es tan buena como debería. A veces se crean vínculos madre e hija que no son nada positivos, y deben aprender a identificarlos para sanarlos y vivir plenamente.

 

Por ejemplo, se desarrollan vínculos tóxicos cuando exageras en el cuidado de la pequeña. Es cierto que todo el amor, los cuidados y el cariño marcará a tu hija de por vida, pero cuando quieres controlar todo lo que la rodea, sólo impactas de forma negativa su personalidad.

 

Además, esto poco a poco causa conflictos entre las dos, y en lugar de disfrutar el tiempo juntas o querer pasarlo en compañía, ten por seguro que tu hija querrá marcar límites, lo que ahondará más la separación entre ustedes.

 

Otro vínculo que daña la relación es cuando la mamá quiere lograr cosas que no pudo a través de su hija, y lo único que hace es generar frustración y presionar a su pequeña a conseguir algo que tal vez no desea.

 

Si quieren tener una buena calidad de vida, disfrutar los logros de cada una y ser un buen ejemplo para las siguientes generaciones, es importante sanar vínculos negativos entre ustedes. Deja que tu hija se exprese libremente y tú conviértete en su guía, en la persona que está a su lado para disfrutar de sus éxitos.

 

5 estrategias para sanar los vínculos entre mamá e hija:

 

  • Cuídate a ti misma.

 

  • Acompaña a tu hija para que se conozca a sí misma y apóyala, aunque su camino sea distinto al tuyo.

 

  • Permítete y permítele tener errores y aprender de ellos.

 

  • Busca la creación de mundos compartidos basados en intereses comunes, la risa o el juego. 

 

  • Deja que se caiga y se tropiece, confía en ella y mantente cerca para secar sus lagrimas, escuchar y abrazarla. 

 

Recuerda que no sólo eres su ejemplo como mamá, sino también como mujer, así que tu pequeña asumirá como propios muchos aspectos de tu personalidad. Valórate y ámate, que antes de ser mamá también eres mujer.

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