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Cómo poner límites a la familia para que no intervengan en nuestras decisiones de crianza

Publicado: 3 de Mayo 2018
Criando con consciencia
Foto: IG @amor_por_valentina
Foto: IG @amor_por_valentina

Así somos los seres humanos: equivocadamente creemos que si expresamos nuestro sentir, que si manifestamos la manera en la que nosotros creemos que debe funcionar la vida, que si hacemos sugerencias y damos consejos no solicitados, entonces estaremos ayudando al otro y al ayudar, expresaremos nuestro amor.

Por eso es difícil no juzgar a aquella suegra, prima o tía que viene a recomendarte que lo cargues de una manera o que lo duermas de otra.

Por eso lo único que queda, es cuidarnos y saber establecer límites claros para la familia y para nosotras mismas para tomar aquello que nos es útil y dejar ir aquello que no va con nuestros valores y creencias. 

Estos son unos consejos.

1. Escribe tus valores y creencias familiares.

Poner en papel lo que pensamos nos organiza y nos permite tener más claro qué es lo que realmente nos importa. Establece tus valores familiares, puedes primero hacerlo sola y luego platicarlo con tu marido, pero identificar lo que para ti es importante no sólo te dará herramientas para mantenerlo sino también te permitirá encontrar estrategias para hacerlo parte de tu familia.

2. Sé empática y deja los juicios

Cada quien es diferente y es difícil entender por completo por qué los demás hacen las cosas. Intenta no culpar a tu suegra o tía y dedica tu energía a establecer límites claros y firmes. 

3. Haz una PAUSA entre la situación y tu reacción

Realmente lo complicado no es ponerlo en palabras si no desconectarnos de lo que nos está haciendo sentir. Quizá el comentario de mi suegra se conecte con un miedo de no ser la mejor mamá en el planeta, o de que mi marido piense que su madre es mejor mamá que yo.

Notar nuestras sensaciones, emociones, y nuestros pensamientos, así como nuestros momentos de caos y rigidez, nos permite tomar decisiones en vez de reaccionar impulsivamente lastimando la relación y haciendo el problema más grande de lo que realmente hubiéramos querido.

4. Establece límites claros y firmes.

Recuerda que muchas veces la gente no sabe o no comprende lo que para ti es obvio, así que lo único que nos queda es ponerlo en palabras.

“Hablé con mi pediatra y esto es lo que Daniela va a comer ahorita, muchas gracias por tus recomendaciones pero voy a hacer lo que acordé con mi pediatra" 

“Yo no creo que hace frío y conozco a mi hija cuando lo tiene, creo que no la cubriré más por ahora”

5. Deja ir el control

Cuando es posible y oportuno, opta por dejar ir el control, sobre todo lo que pasa con tu bebé y confía. Verás que todos nos vemos beneficiados con una perspectiva distinta de hacer las cosas de vez en cuando. Confiar le permite a tu bebé sentirse seguro con alguien más aparte de ti.

Por Psic. Mónica Bleiberg

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