Si tu hijo está enfermo, por favor NO lo mandes a la escuela
No sé cómo decir esto para que suene claro y entendible: si tus hijos tienen influenza, no los mandes a la escuela.
No los lleves a parques y lugar públicos.
No los lleves a ludotecas donde hay más niños.
No los lleves a las clasecitas de la tarde.
No los saques para que contagien a los demás niños.
—“¡Mamá, Luis vomitó en clase hoy!" me dice mi hijo de 5 años cuando lo recojo de la escuela. —No me digas, le contesto.
"¡Sí! ¡Tosió tan fuerte que vomitó! Su hermana está enferma con influenza en su casa, así que fue eso. Él me contó mientras comíamos el lunch, que ya se sentía mal desde ayer pero sus papás le dijeron que igual fuera a la escuela."
—me dice mi hijo y yo siento que la sangre se me congela y una nube de furia se adueña de mi cerebro.
Sé lo que sigue y con un recién nacido en casa, no suena muy buena la idea de que alguno de nosotros comience con un brote de influenza en mi casa.
El resultado:
En total, mi hijo estuvo en casa 11 días enfermo con influenza. Mi esposo se perdió cuatro días del trabajo (sin paga). Hubieron muchos gastos financieros no contemplados para pagar las citas del doctor y las medicinas.
Y yo, que actualmente estoy amamantando tuve unos dolores espantosos en el cuerpo y una fatiga que ni veinte tazas de café curan. Sólo puedo agradecer que mi bebé no se contagió.
Pero nosotros somos algunos de los afortunados.
Somos fuertes y, por lo demás, estamos sanos, así que esto no nos golpeó tan duro como podría haberlo hecho. Pero, ¿qué pasa con las personas que quizás tienen un sistema inmunológico débil? Su contagio puede costarles la vida.
En mi opinión, soy un poco de la vieja escuela: si mi hijo tiene fiebre, se queda en casa durante 24 horas después de que la fiebre ha disminuido. Pues cuando envías a tus hijos a la escuela o a la guardería, la exposición a gérmenes y virus es inevitable.
Por favor, no envíen enfermos a sus hijos a la escuela.
Seamos responsables y conscientes. Pensemos en los demás.
