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Cuando descubrí que regresar a trabajar me hizo una mejor mamá

Publicado: 6 de Febrero 2018
Vida de mamá
Foto: IG @quinn.and.theo
Foto: IG @quinn.and.theo

Para ser una mamá feliz, decidí ser una mujer feliz.

 

Hoy en día vivimos entre estereotipos que no terminan por lograr liberar completamente la presión hacia el género femenino. 

 

 

​Si tienes hijos debes cuidarlos hasta que estén en edad de ir a la escuela, ocuparte de ellos antes que de ti, porque si no, está mal visto, o ¿para qué los tuviste?, o les harás falta.   

 

 

En una familia de 3 donde el amor es lo que nos despierta día con día, mamá entendió entre platos sucios, cocina complicada y pisos sucios, que no quería ser ama de casa,  sino que quería trabajar como lo había hecho cuando era soltera.

 

 

Y en un grito de desesperación al sentirme estresada e incompleta estando todo el día en casa llegó la oportunidad de obtener un trabajo.

 

 

Razones como poder comprarle cosas a mi hija sin pedir, o sorprender a mi esposo o costear unas vacaciones familiares, fueron más grandes que la necedad de quedarme en casa a hacer algo que no me hacía sentir bien.

 

 

  Así transcurrió el día 1 en la guardería cuando llevé a mi bebé 8 meses para convertirme en la peor bruja del mundo por dejar sola a mi bebé en un lugar con más niños, juegos, estimulación temprana y diversión.

 

 

Recuerdo que pasé todo el día preocupada por cómo sería el día escolar de mi bebé, llame 4 o 5 veces al colegio para asegurarme que todo estaba bien.  

 

 

Ahora, cada que voy por ella pasa lo siguiente:

 

 

1. Llego con la mente despejada y me concentro especialmente en disfrutar el tiempo con ella. En escuchar sus historias, platicar de su día, armar un plan para ese o algún otro día, consentirnos un poco.  

 

2. Subo a mi coche a una niña feliz que jugó con niños de su edad todo el día, que aprendió cosas nuevas y que me platica de sus amiguitos con mucho entusiasmo.  

 

3. Me dedico completamente a ella, no a limpiar, no a acomodar o a buscar cosas en la computadora, me reinvento con nuestros momentos.  

 

4. Me doy permiso de ser una mala mamá y comprarle un chocolate o un helado camino a casa para amenizar nuestro ratito.  

 

5. Me siento completamente plena al tener un trabajo que me hace distraerme, entregarme y me da a cambio un beneficio económico que me ha permitido costera vacaciones, regalarle cosas a mi esposo, comprar mis cosas y consentir a mi hija.  

 

6. Valorar mi tiempo y el de mi familia, no hay nada más valioso para mí que mi tiempo yo decido en que ocuparlo y me conflictúa hacer planes en donde mi familia no esté presente.

   

 

Nunca podría decir que a TODAS las mujeres les hace feliz trabajar siendo mamás.

 

 

Todas las mamás somos diferentes y nos hacen felices distintas actividades. El secreto de ser feliz está en disfrutar lo que haces y en sentirte plena en cada uno de los papeles de tu vida, como mamá, esposa, mujer.

 

 

  Si eres feliz en donde estas, sonríe y si no lo eres busca tu camino, los niños felices crecen en familias felices, con mamás felices.  

 

 

Por María Padilla para Naran Xadul

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