Publicidad

Cómo me dolió su primer día de clases

Publicado: 11 de Febrero 2018
Toddler
Foto: Twenty20
Foto: Twenty20

Escribo este relato sentada en el auto con el aire acondicionado puesto y mis lágrimas que mojan el teléfono. ¿¿Me pasó algo?? No gracias a Dios, no.

 

Todo lo contrario, sólo que fue el primer día en el mundo del jardín infantil. Dejé a mi pollito en manos de unas malditas desconocidas que no pueden ser más lindas y con una cara de buenas, que no les explico.

 

Para muchas mujeres que atraviesan o atravesaron este momento, les puede parecer un tanto exagerado. Pero yo soy así. Me cuesta dejar al niño sin la supervisión de mi ser. Pero no porque no confío en quién lo cuida, sino porque temo a que me necesite y no me encuentre.

 

Creo haber trabajado lo suficiente para que sepa que siempre voy a estar.  Cada mamá hace lo que puede, cada familia con circunstancias y realidades diferentes, en mi caso sentí que esperar un poco era prudente y necesario.

 

El entusiasmo por el inicio de clases no sé si era más mío que de él. Un poco de rutina, un poco de pinturas y números un poco de estructura en lugar de Patrulla canina. Un poco de mi atención exclusiva a su hermano menor.

 

Llegué más nerviosa yo que el mismísimo niño hizo su reconocimiento del lugar, que por cierto es un jardín muy lindo y con muy poco alumnado, cosa que me alegró, confieso que lo primero que pensé, fue que íbamos a tener que ir a pocos cumples. Se tiró por todos los toboganes, saltó y corrió como sí para él fuera un día normal en la plaza.

 

En una especie de arrebato, me dijo Mami besito y chau chau. Ahhhh mi Dios el dolor de panza que tenía. Me dijo adiós por la ventana.  

 

​Lloré todo el camino al supermercado que queda a 2 cuadras e iba por los pasillos como un zombi sin saber para que había ido. Me faltaba algo. Sostenía el teléfono cual paranoica esperando el llamado y no hubo llamado por un rato. Pasé por la puerta del jardín y me fui a casa, dispuesta a tomar mi café. Sonó el teléfono.

 

Mi niño estaba un poco angustiado y había que ir a su encuentro corrí tan exageradamente, como sí fuera una llamada de emergencia, vivo exactamente a la vuelta, llegué y ahí estaba, con chupete en la boca esperando que su madre lo rescatara.

 

Lo abrace con fuerza pero bajo ningún concepto, le iba a pedir perdón aunque me muriera de ganas. Porque esto iba a pasar. Porque es un proceso y porque tengo que estar convencida que es hora de que él tenga su mundo lejos del mío. 

 

​Que sus relatos sean suyos y no contados por mí, que sus historias sean guardadas bajó sus llaves, que de a poco arme su camino. Suena dramático pero siento que es así.

 

Que ahora eran colores y canciones, pero después serían geografías y ecuaciones. Que en estos años por venir, llegarían los amigos de la vida, los amores, los encuentros y desencuentros. La etapa más sensacional y divertida y al mismo tiempo la más desafiante.

 

No sé cómo será la adaptación, voy tranquila, dejando que la vida me sorprenda.

 

Calmaré mis miedos de que lo corrompan y le peguen, que no diga gracias y que no comparta galletitas, de a poco, día a día.

 

Mientras tanto ahogaré mis penas con ustedes, esperando desde afuera, que aunque me dé un poco de cosita, me digan “Flor anda a casa, tu hijo está  feliz”.  

 

 

 

Autor: Flor the Flower Por Flor the Flower para Naran Xadul

Publicidad
Publicidad
Publicidad