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Una nalgada NUNCA es la solución. Respuestas a las razones más comunes de los papás que dan nalgadas

Publicado: 2 de Abril 2018
Crianza
Foto: Twenty20
Foto: Twenty20

Los papás y mamás que eligen usar las nalgadas como método de disciplina para sus hijos, generalmente explican con estas razones el por qué creen que las nalgadas funcionan. 

Una especialista en crianza, contesta y destruye con respuestas informadas estas razones.

Y es que al final, lo que todos los papás y mamás estamos buscando es darle lo mejor a nuestros hijos para que crezcan como individuos sanos, responsables y felices.

Estas son las razones más comunes por las que usan las nalgadas como método correctivo:

Razón 1: La falta de nalgadas genera niños malcriados sin límites

Existen varias estrategias para poner límites que no implican lastimar a las personas que más queremos. Estos límites dependen en gran medida de la edad de los peques y deben ser claros, constantes y basados en enseñarle a nuestros hijos qué sí hacer. En caso de que estos límites no sean respetados entonces pueden entrar las consecuencias lógicas que les permitan aprender de la experiencia. 

Razón 2:  A mí me pegaron y estoy bien

Partamos siempre de que los papás hoy y siempre hacen lo que creen mejor para sus hijos. Nadie nos enseña a ser papás y durante años se creyó que las nalgadas eran el camino correcto para educar. Pero los tiempos cambian y ahora sabemos mucho más sobre la mente del niño por lo que es momento de hacer cambios.

Igual que algunos de nuestros papás quizá fumaban y lanzaban bocanadas de humo frente a nosotros de pequeños sin saber el daño que nos hacían y sin embrago estamos bien, eso no implica que hoy nosotros le lancemos bocanadas de humo a nuestros hijos apostando que ellos también van a estar bien.

Razón 3: Las nalgadas son consecuencias. Los niños tienen que aprender que hay consecuencias

En efecto, la base de la disciplina son las consecuencias naturales, así aprendemos de la vida. Cuando sales sin suéter te da frío, cuando tiras la comida ya no tienes qué comer. Pero para que se dé aprendizaje en el niño necesita entender la relación directa entre lo que hizo y lo que sucedió después.

Las nalgadas nunca tienen una relación con la acción: en qué momento de la vida real llegar tarde a trabajar resulta en un pellizco o que se nos olvide traer el queso del súper resulta en un par de manotazos. Sencillamente no hace sentido. Lo mismo sucede con ver las nalgadas como consecuencias. 

Razón 4: Solo así aprenden

Un pequeño que repetidamente rompe un límite nos está comunicando algo: quizá siente que sólo es visible cuando rompe las reglas o está celoso de la llegada de un nuevo hermanito. Cuando damos una nalgada, sólo mandamos el mensaje de que esa conducta que genera dolor debe evitarla, pero si no le damos seguimiento a lo que el niño trata de comunicar, la conducta va a reaparecer de otra forma. Quizá ya no le pegue al vecino pero ahora le va a pegar a su hermano porque sigue enojado. 

Razón 5: La nalgada enseña a respetar

Los niños aprender con el ejemplo. La nalgada enseña a temer a las personas más grandes o más fuertes pero esto en ningún momento es lo mismo que respetar. Aprendemos a respetar cuando vivimos respeto.

Razón 6: Cada quien cría a sus hijos como quiere

La cuestión aquí es que las nalgadas duelen física y emocionalmente y los niños no tienen voz ni se pueden organizar como en algún momento lo hicieron las mujeres para exigir ser tratadas con dignidad. Adicionalmente, el hecho de que existan muchos países en donde estas prácticas serán ilegales habla de que los niños son ciudadanos y es labor del estado cuidarlos. 

Razón 7: Las nalgadas no es violencia, es correctiva si siempre se acompaña de una explicación

En el momento en que el ser humano siente miedo se activan las partes más primitivas del cerebro y éstas son incapaces de entender e interiorizar explicaciones. Cuando un niño tiene miedo, su cerebro no aprende nada.

 

Por Karen Zaltzman, Pedogoga especialista en crianza consciente.

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