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No obliguemos a los niños a dar besos cuando no lo desean

Publicado: 1 de Octubre 2018
Criando con consciencia
Foto: IG @newdarlings
Foto: IG @newdarlings

¿Cuántas veces te ha pasado que tu hijo se niega a dar un abrazo y tú, por inercia o por “evitar que sea maleducado”, le pides que responda a esa muestra de afecto? Aunque no lo creas, esta aparentemente insignificante acción puede tener un gran impacto en tu hijo.

 

Obligarlo a dar besos, no es una lección de buena conducta o educación, en realidad le estás inculcando que tienen que hacer cosas que van en contra de sus deseos. ¡Wow, qué fuerte!

 

Pareciera que es una exageración, pero no lo es. Incluso, especialistas de la Universidad de Michigan aseguran que cuando los padres que obligan a los niños a dar un beso o abrazo, les envían mensajes contradictorios:

 

“Los papás les piden a sus hijos que no hagan nada que los haga sentir incómodos ni que permitan algo que no les agrade. Sin embargo, les piden que se dejen dar un beso o un abrazo a los familiares; es decir, que muestren afecto en contra de su voluntad”.

 

“Cuando haces que un niño muestre afecto forzado porque no está cómodo con ello, envías el mensaje de que hay momentos en los que no depende de él lo que le suceda a su cuerpo.

 

Esta sería una lección que les hará pensar que permitir el contacto físico inapropiado está bien si conocen a la persona, y eso es algo que no queremos que nuestros hijos piensen.

 

 

Es decir, si un niño aprende que no puede decir que NO cuando algo lo incomoda y más cuando lo hace un adulto que conoce, es más probable es que se genere una situación de abuso sexual.

 

¡Haz caso a lo que siente tu hijo y olvídate de los demás!

 

Cuando le enseñas a tu hijo que puede elegir a quién abrazar le estás mostrando que él tiene el control de su cuerpo, y que debe priorizar son sus emociones, sensaciones y pensamientos, y no los de los demás.

 

Además, al respetar su deseo también estás respetando su zona de confort; ese lugar en donde se siente cómodo y seguro, y que es parte de su personalidad.

 

Si le permites establecer sus propios límites en el terreno emocional o de contacto físico, lo estás ayudando a evitar conductas de riesgo (abuso sexual). Además, sus relaciones serán más saludables.

 

Lo más importante es que cuando notes que tu hijo rechaza un abrazo, de la persona que sea, le preguntes cuando estén solos la razón por la que no desea dar esa muestra de afecto. Tal vez sólo sea algo pasajero y que no haya algo por qué preocuparse, o te darás cuenta que tal vez alguien fue grosero con él… Las razones pueden ser muy simples y sin importancia, o muy poderosas y a tomar en cuenta.

 

Tal vez te preguntes: ¿Dónde queda la cortesía? Así que en lugar de obligarlo a dar un abrazo o un beso, enséñalo a despedirse o saludar con la mano o con la voz, de esta manera estamos reconociendo la existencia de los demás.

Fuente: Universidad de Michigan

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