Publicidad

Muchos niños son brillantes, aunque sus calificaciones digan lo contrario

Publicado: 31 de Enero 2019
Criando con consciencia
Foto: Twenty20
Foto: Twenty20

Algo que a todos los papás les preocupa es que sus hijos sean buenas personas, buenos estudiantes y brillantes en lo que hagan, pero cuando las malas calificaciones llegan la incertidumbre sobre su futuro también.

 

Nora Rodríguez, pedagoga y autora del libro “Neuroeducación para padres” dice que es importante que los papás comprendan cómo funciona el cerebro de los niños para poder guiarlos durante la etapa de aprendizaje.

 

Según la autora española, no hay recetas mágicas, los padres deben aprovecharse de las investigaciones que aporta la ciencia y llevar ese conocimiento a casa, pues las escuelas aún no logran adaptarse al cambio educativo, pero los papás si pueden modificar el modo de enseñar.

 

Los aprendizajes que ocurren antes de tiempo, generan bajo autoestima y muchos niveles de estrés, por lo que se entenderá a la enseñanza como un proceso con dolor sin avances. Por lo anterior, es necesario saber a qué edad se deben introducir nuevos conocimientos y de qué manera.

 

La autora también menciona que es importante conocer el tiempo de retención de un niño, para no forzarlo.

 

“El tiempo de atención de un niño es su edad más 2. Es decir, si un niño tiene 7 años, solo podrá mantener atención sostenida durante 9 minutos aprox. Después de ese tiempo el cerebro se cansa y debe haber un recreo cerebral ya sea bailando, jugando o cantando”, menciona Nora.

 

Otra parte importante para esculpir el cerebro del niño es participar activamente y ofrecer un ambiente emocionalmente estable y esto empieza desde que nacen.

 

A medida que los niños van descubriendo que tienen habilidades y talentos, encontrarán placer y satisfacción en esas cosas, lo que les llenará de motivación hasta llegar a ser exitosos en eso que les encanta, es por eso que cuando un niño saca calificaciones bajas no quiere decir que esto sea determinante.

 

Cómo podemos ayudar a que el aprendizaje sea efectivo:

 

niños brillantes
Foto: IG @christinaloewen

 

Poner al alcance experiencias y problemas cotidianos. Por ejemplo, darle una caja y pedirle que meta cosas más grandes para que explore cómo acomodarlas.

 

Dejarlos que perciban sus capacidades naturales, como escalar en un juego, deslizarse por una resbaladilla más alta o colgarse de un pasamanos y ver cuánto tiempo aguantan.

 

Llevarlos a clases de natación, baile o música, después de los 5 años de edad. Esto les ayudará a saberse capaces de realizar otro tipo de actividades y sentirse satisfechos al respecto, pero sobre todo plenos interiormente.

 

Dejar que exploren los límites de acuerdo a su edad, permitirles el juego y la convivencia con otros niños de su edad y darles al menos una hora de juego al aire libre todos los días, ya que de lo contrario, estaríamos bloqueando su creatividad.

 

No interrumpirlos en los juegos en solitario ni cuando estén concentrados haciendo algo como dibujando. Tampoco cuando están prestando atención a algo que ha despertado su curiosidad, ya que las interrupciones provocan frustración y podrían sentir que lo que están haciendo no es importante para el adulto.

 

Otro error es compararlo con otras personas, como sus hermanos, amigos o primos ya que esto genera una presión psicológica enorme en los niños.

 

No vigilarlos ya que cuando se dan cuenta que están siendo observados por un adulto, el impulso creativo y el deseo de probar y arriesgarse se esconde.

 

Incluir el movimiento en el aprendizaje. Cuando ponen a un niño quieto y sin moverse a aprenderse las tablas de multiplicar, es la peor forma de conseguirlo ya que el cerebro está apagado. Por lo que se recomienda que hagan ejercicio antes o después de un aprendizaje, o mientras, ya que el cerebro se oxigena y esto los motiva más.

 

Y por último, sentirnos tranquilos cuando vemos que nuestros hijos son seguros de sí mismos y tiene buenos ratos de felicidad, pero no de esa felicidad que pasa por el consumismo, sino por las cosas que le hacen bien, como tener amigos, cuando es curioso y pregunta cosas, cuando da respuestas, comparte sus cosas y se toma su tiempo para sí.

 

 

Información verificada por Karen Zaltzman, Coach de crianza.

Publicidad
Publicidad
Publicidad