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Diferencias entre la crianza permisiva y la crianza positiva. NO TE CONFUNDAS

Publicado: 22 de Marzo 2019
Criando con consciencia
Foto IG: fifo_dad
Foto IG: fifo_dad

Estas dos teorías de crianza fueron descubiertas y descritas por Diane Baumrind a finales de los años 60 y principios de los 70 las cuales suelen confundirse entre sí, sin embargo hay algunas diferencias entre ser un padre permisivo y uno positivo.

 

La crianza permisiva es caracterizada por bajas demandas hacia el niño, es decir pocos límites y mucha libertad, sin embargo esta falta de estructura en los niños puede generar problemas a corto y largo plazo ya que la autorregulación y el autocontrol no les ha sido inculcado.

 

Según Diane, los padres permisivos son más receptivos que exigentes y evitan las confrontaciones. Dejan ser a los niños sin estándares de comportamiento ni reglas, y si las tienen, son muy inconsistentes.

 

Parecen ser más amigos que un padre, son muy cariñosos y amorosos con sus hijos, y cuando buscan un buen comportamiento utilizan sobornos como dulces o regalos.

 

En casa no hay horarios ni rutinas, y aunque dan mucha libertad, no piden responsabilidad, por lo que difícilmente harán cumplir cualquier tipo de consecuencia.

 

Por lo que al crecer, los niños podrían presentar problemas como una baja expectativa de sí mismos, pocos logros, menor rendimiento académico, tomar malas decisiones, problemas de manejo de emociones al no obtener lo que desean, malas conductas como agresión, violencia o incluso delincuencia; y por último poca capacidad de administrar su tiempo y sus recursos.

 

¿Cuál es la diferencia con la crianza positiva?

 

Mientras que la crianza positiva busca enseñar a los niños desde el amor y el respeto, dentro de sus características sí se encuentran los límites y las rutinas.

 

En este método, se fomenta la educación y la relación del niño con los demás de manera respetuosa, es decir sin gritos ni golpes, pero siempre de manera constructiva, es decir hay cosas que no se permiten.

 

Se educa con amor y firmeza al mismo tiempo, por lo que los padres están abiertos al diálogo y a escuchar a sus hijos y de ahí toman decisiones o establecen límites tomando en cuenta las opiniones de los demás.

 

A diferencia de la crianza permisiva, hay límites, horarios, rutinas que se cumplen, pero también se les deja a los niños jugar libremente o utilizar la ropa que quieran, sin llegar a ser autoritarios.

 

Los niños se sienten tomados en cuenta e importantes por lo cual al ser adultos sabrán autorregularse mejor, podrán resolver sus conflictos, se sentirán más seguros de sí mismos y serán más responsables con los demás y con su entorno.

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