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Debes dejar de decirle a tu hijo “Muy bien” y cambiarlo por algo más efectivo

Publicado: 8 de Agosto 2018
Criando con consciencia
Foto: IG @mamakish
Foto: IG @mamakish

Si cada vez que tu hijo hace algo bien, tu forma de elogiarlo es diciéndole: ¡MUY BIEN! Más allá de reforzar su autoestima, lo único que fomentas es que se esfuercen y trabajen menos.

 

Aunque parezca increíble la forma en la que elogias a tu hijo influye mucho en su desarrollo emocional y cognitivo. Incluso, aunque se reconozca el esfuerzo y no la inteligencia.

 

Por ejemplo, Carol Dweck , profesora de psicología de Stanford, señala que si los padres elogian el esfuerzo “vacío” de los hijos  una y otra vez (como destacar el esfuerzo que hizo para dibujar o para hacer algo), sin que invite a la reflexión o proponer una estrategia alternativa para que los propios niños se auto-valoren, solo harán que lleguen a conformarse con lo que tienen.

 

Es decir, como papá o mamá debes estar consciente del objetivo que quieres lograr con ese elogio: si solo lo quieres para “manipular” de cierta forma el comportamiento de tus hijos, o para que realmente les sirva para incrementar su autoestima.

 

“Lo niños necesitan llegar a sus propias conclusiones respecto a su esfuerzo e inteligencia, mientras que los papás sólo deben ayudarles a agregar información a esa autoevaluación”.

 

¡A usar el elogio descriptivo!

 

Para que quede más claro, el doctor Haim Ginott, autor de Teacher and Child: A book for Parents and Teachers, describe dos tipos de elogios: evaluativo y descriptivo.

 

En el primero, los papás suelen juzgar o evaluar lo que ven en lugar de describirlo, como qué hermoso dibujo hiciste, eres muy trabajador por terminar la tarea, etcétera;

 

Esto a la larga causa dependencia y espera el reconocimiento de los demás para nutrir su autoestima.

 

En cambio, el elogio descriptivo se usa para describir lo que el niño ha hecho; por ejemplo, usaste dos colores para crear uno nuevo, colgaste tú solo tu chamarra y la semana pasada todavía la dejabas en el sillón. El objetivo es que el niño sea quien evalúe sus propias acciones o comportamientos.

 

La clave para que expreses elogios descriptivos es ser específico, muestra agradecimiento (decir lo que hizo el niño y explicar cómo te ayudó), céntrate en la acción y no en la persona; haz preguntas en lugar de alabar (¿cómo hiciste eso, qué te gusta?) y sé observador, aún más de lo que ya eres.

 

 

Fuente: Quartz y Education Week

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