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Nuestros hijos deberían estar jugando afuera en lugar de tener clases extra

Publicado: 19 de Febrero 2021
Criando con consciencia
Foto: IG @chasingthesummerfields
Foto: IG @chasingthesummerfields

Cuando empezó la pandemia de Coronavirus y nuestros hijos dejaron de ir a la escuela, la mayoría de las mamás buscábamos actividades para hacer con ellos durante este tiempo que los niños pasarían en casa.

 

Entonces nuestro objetivo era buscar manualidades en Pinterest o en Youtube, participar en Facebook Lives o entrar a cursos gratis en redes sociales para mantener entretenidos a los críos y pasar más tiempo con ellos… Sin duda era una gran oportunidad para pasar más tiempo de calidad.

 

Sin embargo, a un año del surgimiento del Coronavirus, cada día se nota más el cansancio, el hartazgo, la desesperación y la ansiedad por regresar a la “normalidad”, así como el estrés pandémico tanto en adultos como en niños.

 

Ya no interesan esas manualidades, la escuela en casa se ha vuelto agotadora, las clases extras sólo se han convertido en un motivo más de estrés para los niños, el cual reflejan con sentimientos de enojo, desesperación, con una enorme energía (no pueden quedarse quietos) o aislándose de los demás.

 

Ante esta situación quisiéramos decir BASTA, basta de las clases extra, basta de no poder dormir o no saber cómo canalizar toda la energía que guardan en sus cuerpos. Los niños deberían estar jugando afuera para lidiar con el estrés, ya sea en el patio o en lugares abiertos, donde puedan correr, gritar y jugar libremente.

 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), para lidiar con el estrés pandémico debemos escuchar a nuestros hijos, hablarles de forma amable y tranquilizarlos, porque en estos momentos es cuando necesitan comprensión y comunicación.

 

La OMS recomienda brindar oportunidades para que los niños jueguen y se relajen, mantenerlos cerca de nosotros, así como continuar con sus rutinas para darles estabilidad y seguridad.

 

Pero, ¿por qué es importante jugar al aire libre? Especialistas de Harvard aseguran que al pasar tiempo fuera, aunque sea en el jardín o el patio de la casa, los niños producen vitamina D al exponerse al sol con protección solar, lo cual ayuda a fortalecer su sistema inmune y a mejorar el desarrollo de sus huesos.

 

También se mantienen más activos físicamente, aprenden a resolver problemas, a asumir riesgos, a trabajar en equipo y a valorar la naturaleza. Otra gran ventaja es que la actividad en el exterior ayuda a regular el ritmo circadiano y a que los niños duerman mejor.

 

¿Cómo lograr que nuestros hijos jueguen al aire libre en tiempos de coronavirus? Lo ideal sería que jugaran en el patio o jardín de la casa, pero para los niños que no tienen estas características en su casa, pueden planear con sus papás una ida a un bosque o a un lugar abierto cerca de su casa, donde haya poca gente.

 

Al estar en un lugar abierto se evita el contacto con los demás, por lo que se respeta la sana distancia. También es importante respetar las medidas como lavado de manos o el uso de gel antibacterial y de cubrebocas.

 

 

Revisado por Karen Zaltzman.

Quien tiene estudios de licenciatura y maestría en pedagogía; asesora de crianza certificada por PCI. Sus grandes pasiones: ser mamá de 3, cocinar, leer, estar en el agua, inventar y acompañar.

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