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¿Tu hijo pasa mucho tiempo en el portabebé? Esa postura puede afectar su desarrollo

Publicado: 20 de Diciembre 2019
Estimulación y juego
Foto: IG @lu_mulloy
Foto: IG @lu_mulloy

Los padres utilizamos portabebés, columpios infantiles, andaderas o saltadores para mantener ocupados, tranquilos.

En apariencia seguros a los bebés, y funcionan bien para esto, debido a que impiden que se muevan con libertad, pero precisamente esa es una de las razones por las que deberíamos tener cuidado y limitar su uso.

Este tipo de equipos hacen que los bebés permanezcan en posiciones a las que no llegaron por su cuenta, por lo que se le dificulta, o a veces hasta imposibilita su libre movimiento, así que a corto y largo plazo puede afectar el desarrollo de nuestros hijos. 

El problema está en que no permite que el bebé se mueva libremente pateando, agitando las manos, rodando, levantado la cabeza de acuerdo a lo que le va llamando la atención en el mundo, ni active sus músculos y aprenda cómo utilizarlos en coordinación, para eventualmente rodar, sentarse, gatear, pararse y caminar. 

Cuando abusamos de su uso y dejamos que nuestros hijos permanezcan gran parte del día en este tipo de “contenedores”, evitamos que los niños se muevan, porque sólo pueden mover la cabeza de un lado a otro, dar pequeñas patadas o mover poco tiempo los brazos, es decir, impiden el desarrollo motor del bebé.

Además, con accesorios como brincadores o andaderas se pone una presión no natural sobre la cadera lo que puede lesionarla.

Incluso, a los problemas ocasionados por el uso excesivo de portabebés, asientos, saltadores o columpios se les llama “Síndrome del bebé contenedor”.

“Este tipo de equipo evita que los niños se sienten o se coloquen en la alineación correcta y resultan en una incapacidad para activar músculos importantes. El equipo puede dificultar el desarrollo de habilidades y generar un estrés inapropiado en el desarrollo de huesos y articulaciones, lo que pone al niño en riesgo de otras lesiones”, señala especialistas del Nationalwide Children’s.

Los especialistas explican que el Síndrome del bebé contenedor se identifica cuando se presentan:

  1. Retrasos en el logro de los hitos motores esperados, como rodar, sentarse o pararse.
  2. Manchas planas en la cabeza (plagiocefalia) por la falta de movimiento.
  3. Rigidez en el cuello que evita que gire la cabeza o se incline hacia un lado (tortícolis).

¡Dejemos que se muevan con libertad!

Para prevenir este síndrome y cuidar que nuestros hijos tengan un desarrollo adecuado, creemos espacios de juego que permitan el movimiento libre. 

Según la edad del bebé estos puede inicar siendo una cuna o corral cuando apenas empieza a moverse, pero eventualmente el espacio ideal es el piso cubierto con tapetes que mantengan al bebé seguro y sin frío, con estímulos seguros con juguetes que motiven al bebé a moverse y explorar.  

Es importante que el espacio sea seguro para explorar, en el que no estén a su alcance piezas pequeñas, productos de limpieza, muebles o decoraciones que pueda jalar hacia él ni enchufes o cables.

Esto le ayudará a fortalecer los músculos del cuello, de la espalda, el estómago, los brazos y las piernas. Además de que tendrá la oportunidad de explorar su entorno al usar sus sentidos al máximo.

Fuente: Karen Zaltzman, Especialista en Crianza, Nationalwide Children’s

North Shore Pediatric Therapy

American Physical Therapy Association

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