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“Tenemos que hablar del tío Scar”

Publicado: 5 de Agosto 2019
Todas las edades
Foto: Twenty20
Foto: Twenty20

Esta semana, revisité la historia de El Rey León.

La escena del joven Simba que se reencuentra con su antigua amiga sigue siendo emocionante; el personaje de Rafiki vuelve a ser maravilloso; la escena de la estampida donde Mufasa pierde la vida vuelve a dejarnos sin palabras.

Pero, a diferencia de la versión de 1994, ahora como madre, no podía dejar de pensar en el error que cometían Mufasa y Sarabi de no hablarle claro a Simba sobre el tío Scar. Papá y mamá habían dejado de confiar en él, pero nadie le contó esto al cachorro.

Quizá los papás de Simba no querían “contaminarlo” con problemas de adultos. Quizá esperaban poder contener las acciones del tío. Quizá esperaban que con el tiempo algo cambiara y Scar entrara en razón. Quizá no querían hablar mal de uno de su propia manada. Quizá confiaban en que Simba estaba a salvo porque Zazú lo cuidaba. Lo cierto es que no haber hablado claro con su cachorro trajo graves consecuencias.

​En la vida real como en El Rey León, hay que dejar de postergar esa plática pendiente sobre el tío o el abuelo o el amigo de la familia o el vecino y poner las cosas claras con los hijos.

Y hablar claro no es atemorizarlos o perjudicar la imagen que tienen de otra persona. Basta con dejarles saber que los adultos tienen desencuentros; que en ese momento papá y mamá no entienden lo que “el tío” está haciendo; y que, como le tienen confianza a su hijo, quisieron ponerlo al tanto de lo que está pasando entre adultos.

​Nuestros hijos podrán intuir la sinceridad cuando digamos que al tío le tenemos mucha estima y que esperamos que la situación vuelva a ser como antes. También podrán entender que no es necesario que se molesten con él para hacer alianza con papá y mamá. Los problemas de adultos, los resolverán los adultos.

Después, dependiendo la situación particular, podemos hablarles de qué sí les pedimos:

  • Si estás solo en casa y llega el tío Scar, te vamos a pedir que no le abras la puerta.
  • Si llega por ti al colegio y te invita de paseo, dile que esperarás a que vayamos por ti nosotros.
  • Si te dice algo que no te guste, no dudes en contarnos.
  • Si te pide que guardes un secreto, recuerda que lo bueno siempre se puede contar.
  • Si en casa les ha faltado hablar del “tío Scar”, hoy puede ser un buen día para hacerlo.”

Por Lucia Villarreal, mercadóloga, escritora, ciudadana del mundo

escribe@luciavillarreal.net

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