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Ten cuidado con lo que dices a tus hijos acerca de la comida

Publicado: 11 de Diciembre 2019
Alimentación y sueño
Foto: IG @justy_olive
Foto: IG @justy_olive

El otro día estaba con unos amigos, llevaban a una sobrina de 9 años.

Su tía le estaba sirviendo de comer y cuando le preguntaron si quería aguacate dijo que no !porque engordaba! Casi escupo la sopa. ¿En dónde escuchó eso? ¿De quién? ¿Por qué una niña de 9 años se está preocupando por si está gorda o no?

No puedo dejar de pensar en los papás de esta niña y el ambiente en el que está creciendo donde el cuerpo, especialmente su apariencia, es más importante que su salud. 

Que un niño te diga que algo engorda, va mucho más allá de las pláticas acerca del azúcar y por qué no deben comer demasiados dulces, nos dice que ese niño está en un ambiente donde sólo un tipo de cuerpo es aceptado y definitivamente no es el gordo, sino el delgado, y por el que vale la pena hacer dietas y dejar de darle alimentos que lo llenarán de energía.

Y la realidad es que ese es el cuerpo más aceptado en la sociedad. Pero no nos estamos dando cuenta es que estos mensajes son sumamente peligrosos para los niños, pues no hay un tipo de cuerpo correcto. Lo que transmitimos con comentarios como: “no debes comer esto”, “el chocolate engorda”, “los dulces son veneno”, es a dudar de sus acciones y su aspecto, pues son mensajes completamente contradictorios. 

Ellos toman los mensajes como: “soy malo si me gustan cierto tipo de alimentos”, “soy malo si como dulces”, “soy malo si no tengo cierto tipo de cuerpo”, lo que puede afectar su autoestima, su seguridad y por supuesto la imagen de sí mismo. 

Nosotras como mamás también vivimos con ese tipo de pensamientos todo el tiempo, preocupándonos si nuestros hijos son gorditos, si no están sanos, si son picky eaters, y ni se diga de nuestra propia figura, vivimos pensando si lo que estamos comiendo tiene muchas calorías o culpándonos por haber caído en las "tentaciones". 

Necesitamos adoptar nuevas formas de pensar y expresarnos acerca de nuestro cuerpo para que cuando nuestros hijos e hijas nos escuchen, no crezcan con los estándares que todo mundo trata de inculcarnos, necesitan escuchar comentarios positivos, ver que abrazamos nuestros cuerpos no importa si han cambiado, pero sobretodo ver que así nos aceptamos.

Cuando hacemos esto, nuevas formas de hablar sobre la comida también surgen, lo que es muy bueno para ellos pues es importante que generen una relación más sana con los alimentos y la forma en la que emocionalmente se conectan con ellos.

No satanizemos los dulces pues al final son parte de la vida, tampoco es bueno condicionarlos, pues cuando les decimos: "cómete esto y después tendrás un dulce", en realidad les estamos mostrando que los dulces son mejores que los otros alimentos. 

Hay que hablar con ellos acerca de lo que cada alimento le aporta a su cuerpo, ofrecerles variedad en sus platos y permitirles acercarse a los dulces de una forma más normalizada, no diciendo si son buenos o malos, eso sí, siempre con moderación. 

Y por favor, no hables sobre tu cuerpo, tu talla o si un alimento engorda con tus hijos ni con los niños de los demás.

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