Publicidad

¡La manía de quitar pronto los pañales!

Publicado: 30 de Octubre 2019
Estimulación y juego
Foto: IG @sheridaningalls
Foto: IG @sheridaningalls

Qué manía de verdad, que a los 2 años la presión por quitar el pañal sea el regalo de cumpleaños de nuestros chiquitos, o que los recibamos con un entrenamiento intensivo de un fin de semana - que promete ser milagroso-.

Y que una vez que lo logramos, a punta de gritos y regaños, todavía nos atrevemos a ver a niños más grandes usándolos y de inmediato lanzar miradas llenas de juicios.

Se nos olvida, que como todo en la vida, los hitos de los niños suceden a su tiempo y a su ritmo. No cuando diga el pediatra, no cuando lo exija la guardería, no cuando tú ya no quieras gastar en pañales.

Dejar el pañal es un gran logro en los niños, marca una nueva etapa en sus vidas y representa cambios muy importantes a nivel físico y emocional. Es un proceso complejo, donde no sólo tienen que controlar su cuerpo, tienen que identificar cuando tienen ganas, pedirlo, acostumbrarse a utilizar calzoncitos, diferenciar la pipí de la popó, y aumentar la confianza en sí mismos hasta dominarlo completamente. 

Esto no se puede dar de la noche a la mañana, mucho menos en tres días como prometen estos programas intensivos de control de esfínteres, es un proceso desigual en cada niño, y todos tienen que pasar por él. 

La edad a la que inician es muchas veces marcada por las guarderías o la entrada al kínder, comúnmente a los 2 años, pero otros lo logran hasta los 3 y otros más hasta los 4 años. 

Hay que poner atención a las señales que tu hijo solito te dará, por ejemplo: se mantiene seco más de tres horas, sabe subir y bajar sus pantalones, se puede sentar en la misma posición más de 3 minutos y guarda el equilibrio, además de correr y saltar sin problemas.

El tiempo promedio de aprendizaje es de hasta un año, y más del 75% de los niños perfeccionan la capacidad de ir al baño por sí solos hasta los 6 años de edad. 

El pañal no se deja por completo, tal vez algunos momentos en el día, pero quitarlo de forma definitiva, no será jamás lo correcto. Hay que pasar del pañal, al calzón entrenador y después al de tela, y no quitar el de la noche de tajo. 

Naran Xadul

Foto: Naran Xadul

¿Qué podemos hacer?

  • Acompañarlos en este proceso de forma respetuosa y paulatina. 
  • No regañarlos nunca por los accidentes que pudieran tener, ni exigirles aprender rápido. 
  • Mostrarte empático y sensible siempre para estimular su proceso. 
  • Utilizar calzones entrenadores, como los Baby Pants que además de ayudarles durante el aprendizaje, les ayuda a reforzar su seguridad. Puedes utilizarlos durante el día en viajes largos en el auto, o cuando estás fuera de casa. Siempre dile que no es un pañal y enséñale que lo puede subir y bajar. 
  • Ofrecerle las cosas que necesita, como una bacinica, un banquito y un asiento de su tamaño para el inodoro. 
  • No estresarte en lugares públicos, llegará el momento en el que avise igual que lo hace en casa, sólo que tendrá que ganar más confianza. 
  • Cuando lo acompañes a usar el baño en otro lugar, sigue la misma rutina de limpiarse, bajarle al baño y lavarse las manos. 
  • Eventualmente enséñale a subir y bajar su ropa interior, así como a limpiarse solito, aunque es importante que siempre estés cerca para ayudarlo si necesita apoyo. 
  • Evita darle recompensas, pues se trata de un proceso natural que hará toda su vida, una función personal que le está enseñando a ser más independiente y a tener autocontrol. 
  • Sé paciente. 

El éxito del entrenamiento no sólo te enseñará que tu bebé ha aprendido muchísimo en pocos años, sino también es una muestra de cómo superará los desafíos y alcanzará las metas en los siguientes años. 

Fuente: Asociación Americana de Pediatría, Healthy Children Org.

Publicidad
Publicidad
Publicidad