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El regalo de ser tía por primera vez

Publicado: 3 de Septiembre 2020
Vida de familia
Foto: IG @nenamartinezh
Foto: IG @nenamartinezh

Hace unos meses me enteré de que voy a ser tía.

La noticia me llenó de emoción, de ilusión y de muchísima felicidad. Siempre he soñado con ser tía y con tener un bebecito a quien cuidar. Sobre todo, en estos meses llenos de tanta incertidumbre, de cambios y altibajos, pensar en mi sobrino me hace darme cuenta de que el tiempo pasa y de que algo hermoso vienen en camino.

Además, todavía no tengo hijos y no creo tenerlos en varios años, así que no puedo dejar de pensar en cómo voy a disfrutar ser tía. Cuando me dieron la noticia, muchos pensamientos llegaron a mi mente y mi corazón casi explota de amor. Visualizar una nueva vida es increíble.

Lo que más me emociona de ser tía es ver a mi hermano y a mi cuñada en su rol de papás. Verlos cuidar y querer a este bebé, y ver cómo se van a ir acostumbrando a todos los regalos y responsabilidades de la paternidad. Pienso en mi hermano y en cómo se ha vuelto el adulto que es ahora, y espero con ansias verlo convertirse en papá.

También me emociona ver a mis papás de abuelos. Con la llegada de mi sobrino habrá una nueva generación en el árbol genealógico y eso es muy especial para toda la familia. Verlos emocionarse, pensar en cómo será el bebé y cómo serán ellos de abuelos me hace sentir muy feliz y orgullosa.

Me emociona poder conocer a mi sobrino. Ir descubriendo quién será, cómo será su personalidad, cuál es su color favorito, a qué le gustará jugar y qué será lo que más le guste comer. Nos imagino a mi hermana y a mí pasando tardes largas sentadas en el piso consintiendo a este bebé que seguramente nos robará el corazón. Nuestro sobrino nos hará querer ser mejores ejemplos y muy buenas consejeras.

Pienso en cómo seré de tía: creo que seré muy consentidora, divertida y cariñosa, pero quizás también preocupona… no sé, creo que este es otro regalo de la noticia: confiar en que las cosas serán cómo tengan que ser y yo seré la tía que tengo que ser.

Con mi sobrino voy a poder practicar. Le cambiaré pañales, le daré de comer y lo arrullaré. Iré teniendo experiencia para cuando yo tenga mis bebés. Porque además de las dudas y la preocupación que surgen, también es otro tipo de amor que desconocía. 

Así que espero muy alegre la llegada de mi sobrino y me emociona pensar en el camino que comienza. Espero poder crecer en este nuevo rol y transmitirle todo el amor que siento por él desde que me enteré que venía en camino.

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