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¿Tu hijo ronca? Esta puede ser la razón

Publicado: 14 de Abril 2020
Alimentación y sueño
Foto: IG @chasingthesummerfields
Foto: IG @chasingthesummerfields

Mi hijo de cuatro años ronca como un abuelo.

Por mucho tiempo yo no le di ninguna importancia. Pensaba que era algo normal. Sin embargo, en una visita al pediatra se lo comenté a su doctor y él me contestó que si un niño menor de cinco años ronca regularmente, no descansa bien y está muy irritable durante el día, entonces es importante revisar qué es lo que está ocasionando todo esto. 

Los ronquidos muy fuertes y regulares en los niños pequeños se relacionan con diferentes causas como enfermedades respiratorias (gripe o resfriado), apnea del sueño, alergias nasales, reflujo, asma, entre otras.

Otra de las causas que favorecen la aparición de los ronquidos es el aumento del tamaño de adenoides o amígdalas. Éstas son las glándulas encargadas de atrapar las bacterias que generan infecciones, pero cuando se infectan, crecen y dificultan el paso del oxígeno, facilitando la aparición de infecciones frecuentes.

¿Qué consecuencias negativas podría tener que un niño ronque?

Roncar podría afectar la calidad de su sueño. Un niño que ronca mucho puede no tener un sueño tan reparador ni de tanta calidad. Los niños que roncan tienen con más frecuencia terrores nocturnos, pesadillas, sonambulismo y otras alteraciones del sueño.

Al no dormir bien, los pequeños que roncan pueden estar somnolientos, de mal humor o muy inquietos durante el día. A veces, también se ve afectado su rendimiento escolar, y sus relaciones sociales.

¿Qué puedo hacer para resolverlo?

Primero que nada, debes comentárselo a tu doctor. Además de la supervisión médica, también puedes ayudarle a tu hijo a dormir mejor si lo acomodas de lado y reduces la presencia de peluches en su habitación.

Uno de los mejores remedios para que tu niño pueda respirar fácilmente antes de dormir, es hacer lavados nasales con solución salina o con Iliadin lub infantil. También puede ser de ayuda el uso de un aspirador nasal para aspirar el exceso de secreciones.

Roncar un poco es normal, por ejemplo cuando el niño tiene un resfriado. Pero si resulta preocupante, no dejes de hablar con tu pediatra.

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